TURISMO.
El distrito de Cabana cuenta con recursos turísticos variados como: Zonas arqueológicas, lugares históricos, paisajes naturales, fiestas religiosas, fiestas costumbristas, artesanías y manifestaciones folklóricas locales de carácter costumbrista. Los lugares históricos más importantes son los cuatro barrios antiguos de la ciudad, las casonas coloniales y su imponente iglesia Santiago Apostol. Cabana es también rico en paisajes naturales en sus valles interandinos asociados a la actividad turística.
Entre los principales atractivos turísticos del distrito, hay que mencionar el Sitio Arqueológico de Pashas que se ubica a tan solo un kilómetro del centro de la ciudad. Se cree que el sitio arqueológico de Pashas fue un asentamiento Recuay que fuera poblado durante el siglo II a.C. y el siglo VII d.C. y que posiblemente fuera un centro ceremonial centrado en el culto a los muertos. Relacionado al anterior se encuentra también en Cabana el Museo Arqueológico Zonal Pashas – Cabana donde se exponen las piezas halladas en el Sitio Arqueológico de, además de diferente información, fotografías y dibujos alusivos a la cultura Recuay.
Otros sitios de interés dentro de Cabana son sus construcciones coloniales, donde destaca el Templo Matriz. Asimismo son importantes los diferentes barrios que conforman el distrito y donde se observan construcciones en las que predominan las balconerías. En Cabana también se encuentran diferentes miradores desde los cuales se puede tener una estupenda vista del espectacular paisaje andino del territorio.
Visitar el distrito de Cabana es, asimismo, una buena excusa, para poder disfrutar de sus exquisitos platillos típicos, entre los cuales destacan: el picante de cuy, la Llunca de gallina, entre muchos otros platillos. Asimismo conocer Cabana es entrar en contacto también, con el calor de su gente y conocer parte de sus costumbres cotidianas.
Otros espacios, locaciones o actividades culturales y costumbristas que concentran mayor número de visitantes en la localidad son:
Semana Santa. La celebración se inicia con el Domingo de Ramos. Ese día, la imagen del Señor de Ramos es llevada sobre el lomo de una burrita blanca desde la capilla San José hasta el barrio Trujillo. El Lunes y Martes Santos los pobladores asisten a la iglesia para orar y acompañar los diversos actos litúrgicos. El miércoles Santo, la procesión se inicia a las nueve de la mañana.
Adelante van las andas del Señor Nazareno cargando su pesada cruz y ayudado por un niño que hace de cirineo, mientras que la Virgen de Dolores, toma el rumbo de los barrios de Pacchamaca y San Jerónimo. Las sagradas efigies, después de un largo recorrido, se dan el encuentro en la plaza principal.
El jueves Santo a las cuatro de la mañana, muchos pobladores se congregan en el templo. Allí se procede a la fijada del señor que consiste en colocar su imagen sobre una mesa larga, se le unta el cuerpo con aceites y perfumes y enseguida se le crucifica. En tanto, los fieles rezan y entonan las composiciones más sentidas.
Por la tarde, se celebra el lavatorio de los pies. El párroco selecciona a los doce cleriquetes o a doce ancianos del lugar que harán las veces de los doce apóstoles. El acto se desarrolla en la iglesia y luego se pasa al salón principal de la municipalidad, donde se recrea la última cena. Luego se realiza la misa a donde acuden todas las autoridades vestidas de riguroso luto.
El Viernes Santo es un día de ayuno y meditación. Este día se preparan las andas y una enorme cruz. Las casas lucen de duelo. Al mediodía se realiza la disertación sobre las siete palabras a cargo de las personas más preparadas de la ciudad.
Tras la adoración del madero, en la noche se desarrolla la procesión de las andas del Señor de Viernes a lo largo de la calle grande. Sesenta hombres santos con sus respectivos hábitos y descalzos portan las pesadas andas.
EL Sábado de Gloria se visita los diferentes atractivos turísticos de Pallasca y el Domingo de Resurrección después de la misa se da lectura al testamento de Judas, que es una especie de código moral del pueblo.
Fiesta Patronal en Honor al Apostol Santiago.
Quien se interese en conocer el distrito durante su época festiva puede visitarlo en las celebraciones a su Santo Patrón: Santiago el Mayor y al Apóstol San Felipe, que se realiza en el mes de julio, fecha en la que incluso los que migraron, regresan, para rendir homenaje a su santo protector.
La fiesta patronal de Cabana, se celebra del 15 al 30 de julio en honor al Apostol Santiago y San Felipe. Los devotos o priostes son las personas o familias responsables de la festividad cuyas fechas principales son del Día, del Alba, la Bajada y la Subida. Siendo el día central el 25 de julio.
Los priostes cumplen con las costumbres y tradiciones, y cada cual recibe el apoyo de los ofertantes. Las actividades costumbristas se inician con el corte de leña, la preparación de la chicha de jora, el tradicional rompimiento y luminaria, paseo y entrega de res de muerte, presentación de estampas folclóricas locales, carrera de frutas, misa solemne, procesión y finalmente la carrera de cintas.
Aniversario de Cabana: El 30 de octubre se celebra el aniversario de Cabana como capital de la provincia de Pallasca. Diferentes actividades culturales y deportivas se celebra en esta fecha.
La virgen de Llactabamba: En noviembre se celebra la traída y llevada de la Virgen de Llactabamba, desde su iglesia en el paraje de Llactabamba hasta Cabana y viceversa. A Cabana se lleva acompañado de diversa vestimenta de diablos, por la noche se le hace su misa. Cada día hay un devoto; al ir a la casa del devoto agasajan a la gente con dulces ya sea rosquita, pan, biscocho, naranja, plátano y caramelo y así sigue hasta que lo regresan a la Virgen de Llactabamba. También con su vestimenta de diablos, la gente lo acompaña al ritmo de los cajeros o banda.
DANZAS TÍPICAS.
Representan acontecimientos pasados como tributo a las creencias, deseos y reflexiones de un pueblo, diríamos que las danzas actualizan la historia de un lugar y sus habitantes. En el mundo andino las danzas se conservan desde siglos antiguos. En Cabana se rinde homenaje al Santo Patrón Apóstol Santiago con coloridas danzas, entre ellas tenemos: La Mojiganga, Los Blanquillos y las Kiyayas; cada una con componentes variados entre coreografía, vestuario, canciones, música e interpretación.
La Mojiganga: Palabra que en castellano significa jocoso - gracioso, esta estampa fue implantada por los españoles, representan la situación social del pueblo, muestra personajes de diversos estratos sociales. La mojiganga se puede apreciar en dos momentos en la fiesta patronal, que se celebra todos los años en el mes de julio, muy temprano cuando recorren las principales calles de la ciudad invitando al público en general al paseo de res (torete) que se entregará por la tarde a uno de los devotos (mayordomos) de la fiesta, y por la tarde cuando entregan el paseo de res (torete) y danzan al compás de los cajeros o roncadoras. Los personajes que se representan son: el patrón y la patrona que son la gente dinerada y los que mandaban en el lugar; el pastor y la pastora representan a los mestizos o la gente del campo y el vilche es el personaje intermedio, expresa el poder de dominio sobre los vacunos. La vestimenta de los patrones es muy lujosa. El varón viste de terno, sombrero y lleva un bastón, la dama luce vestido, velo, cartera y zapatos de taco.
Los pastores visten un atuendo elegante, adecuado para la fiesta. La dama luce una pollera bordada, blusa, ojotas y sombrero de paja y, el pastor viste pantalón de bayeta, camisa, poncho de lana, alforja, sombrero de paja y un lleva látigo en la mano. El vilche lleva un traje bordado con finos hilos dorados o plateados, una corona de plumas de colores con espejos y, en la espalda lleva una enjalma recordatoria que es de tela pintada o de pana bordada con hilos de pan de oro y presenta variados motivos, también lleva en el cuello una moñera (adorno de cinta) y en la cintura una pechera bordada o pintada que posteriormente se colocarán a la res (torete). Todos lucen mascarillas o rostros especiales.
Los Blanquillos: Grupos de guerreros que nacieron de la reacción contra la dominación española, al igual que los “huancas” y los “shacshas”. Los blanquillos, recorrieron muchos lugares de la Cultura Conchucos, donde estaban establecidos los españoles para darles muerte.
Los grupos de guerreros estuvieron formados por pobladores pashas, españoles y mestizos. Por las madrugadas salían a disputarse la Plaza de Armas de la ciudad, es por eso que este baile presenta la lucha por el poder de aquellos años. Por aquellos días, “los pashas” hablaban en lengua “cully” y adoraban al dios “Catequilla”.
Esta estampa costumbrista la apreciamos el 24 y 25 de julio de todos los años. Los blanquillos danzan por las principales calles de la ciudad acompañando a la procesión del “Apóstol Santiago El Mayor y El Menor”. El grupo formado por 10 o 12 personas, lucen una vestimenta elegante confeccionada de tela de pana, con adornos de hilos de pan de oro (al estilo español), llevan una mascarilla o rostro, una corona de plumas de colores y un pañuelo de colores. En su recorrido, tienen el peculiar estilo de bailar delante de una persona y colocarle el pañuelo (en el hombro), quien le retribuye esta singular distinción con dinero, dulces o gaseosas.
Las Kiyayas: Proviene de la palabra cully que quiere decir “mujeres consagradas”, estaban destinadas a rendir culto al “Dios Catequilla” y a otros dioses (sol, luna, rayo y al arco iris). Siempre estaban alrededor de los sacerdotes y del jefe de la alta jerarquía de los Pashas. Con la llegada de los españoles, esta práctica trataron de exterminarla con sus decretos y leyes dictadas contra los cultos, costumbres y lenguas.
El Toro de Trapo: Danza costumbrista en homenaje a la Virgen de Llactabamba. Acompañan a la “mamita” en la subida a Cabana y en el retorno a su templo todos los años en el mes de noviembre. El toro de trapo está confeccionado sobre una armazón de madera, forrado con una tela blanca y un pañuelon negro en su lomo es cargado por un hábil voluntario que baila alegremente alrededor de la Virgen y divierte a los niños con simuladas cornadas.
No cabe duda de que el distrito de Cabana es símbolo de preservación de la naturaleza, el folclor y la cultura local. Y es ahí donde a debe hacer su gran apuesta de futuro. Sin embargo, la oferta de productos turísticos relacionados con la naturaleza y cultura locales, está en un estado incipiente.
Plaza de Armas Nº 103 - Cabana